HUGO RAMÓN GARCIA
EL DECANO DEL PERIODISMO SOMOTEÑO
Ramón
Mendoza Herrera
De aspecto
humilde, hombre de extracción obrera, lo vemos recorriendo diariamente las
calles de su natal Somoto y ocasionalmente las de Ocotal. Su mente siempre está enfocada en lo que ha
constituido la pasión obsesiva de su
vida: escribir, que lo empezó a hacer en el Diario La Prensa, cuando era todavía un adolescente de apenas
16 años de edad. Autodidacta, escritor que nació con la vocación del
periodismo en sus venas, hoy, en la tercera edad continúa en la brecha de la
comunicación escrita que le ha producido numerosas satisfacciones, sinsabores, elevados
incluso a la categoría de
sufrimientos. Es Hugo Ramón García, hijo autóctono de este pueblo, sin lugar a dudas
el Decano
del Periodismo somoteño.
De naturaleza
amistosa, con sus múltiples amistades,
es también persona temperamental, lo que le ha valido la animadversión
de algunos, que hasta lo tildan de cascarrabias, pero como él dice: “No soy monedita de oro…” Por
eso en este trabajo pretendemos sopesar
en la balanza de la objetividad sus cualidades como escritor y sus defectos, que como todo ser humano, carga en la mochila
de su sexagenaria existencia.
Nacido en el año 1948, Hugo Ramón aprendió
sus primeras letras con la recordada
educadora Josefa Dolores Ríos Jerez, la querida “Niña Lolita”, quien desde los
días en que era un párvulo estudiante destacaba la facilidad del niño en el
aprendizaje, sobre todo en la lectura y
escritura y lo ponía como ejemplo ante los demás, algo que ella siempre acostumbró en su
escuelita, a manera de emulación.
Empezó como
colaborador del diario La Prensa en 1964 y fue hasta el año 1976, en que el
director doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en explícito reconocimiento a
su valioso y valeroso trabajo, le hizo llegar
por conducto de su secretaria
Rosario Murillo Zambrana –actual Coordinadora del Consejo de Comunicación y
Ciudadanía- el carné que lo acreditaba oficialmente como corresponsal en Madriz.
Hugo Ramón García no estudió periodismo, no
se hizo periodista académico, nació y creció con la vocación periodística
arraigada en su mente y en su corazón y
así lo vemos, con apenas el sexto grado de primaria aprobado, deshojando
infinidad de artículos con prosa fluida
y adjetivación florida, desde su
juventud hasta la tercera edad, con participación destacada en el Diario La
Prensa de la época del Dr. Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, no solo como
corresponsal en Somoto sino como miembro del cuerpo de periodistas en la sede
central.
LA
ÉPOCA DE LOS MÁS DESTACADOS PERIODISTAS DE LA PRENSA
Cuando Hugo Ramón ejerció por largo período
la corresponsalía de La Prensa, tenía este diario una plantilla de lujo de
corresponsales departamentales, tales como: Francisco José y María de los Ángeles
López Lumbí, en Matagalpa, con el recordado Adán Monzón Fornos, cuyos
combativos artículos le valieron varias veces la cárcel y tortura; Luis Aragón Pastora, en León; Roberto González Rocha, de Masaya; Rosario Mora Espinoza, de Boaco; Teófilo Jiménez Viales, en Rivas; Alfonso
Boza Rojas, en Chinandega. En Estelí, el recordado periodista Luis René Barrantes, asesinado por la Guardia
Nacional, por sus valientes denuncias hechas contra el régimen somocista. También fueron sus compañeros en
corresponsalía Abelardo Sánchez, Bernardino Rodríguez, Martha Marina González y Jaime Zamora,
recientemente fallecido.
En el año 1977, cuando la lucha contra el gobierno somocista
estaba ya en efervescencia, fue nombrado Secretario de Cultura de la Asociación
de Periodistas del Norte, conformada por los hombres de prensa que fustigaban
los múltiples desmanes del régimen. Eran días de suma peligrosidad en el
ejercicio del periodismo independiente, sobre todo en la zona norte, pues en
1977 acontecieron hechos como: la
emboscada de San Fabián, ataques al poblado de San Fernando, tomas de los
poblados de Santa Clara y Las Manos, así como la quema de la finca La Ilusión,
del Comandante de la G. N. en Ocotal y el gobierno culpaba a los periodistas de
“atizar el fuego” con sus crónicas “subversivas”.
EN
LA PÁGINA DE OPINIÓN DE LA PRENSA
Al superar la línea de corresponsal de La Prensa, dirigida por el doctor Chamorro Cardenal y don Pablo Antonio Cuadra, pasó a escribir en la página de opinión y compartió labores con periodistas de la talla de Horacio Ruiz,
Chepe Chico Borgen, Pablo Emilio Barreto, Ignacio Briones Tórrez,
Lorena de Montis, José Dávila
Membreño, Filadelfo Alemán, Edgard Tijerino, Eugenio Leytón, entre otros. Algunos corresponsales destacados eran
ascendidos a la redacción, aunque no tuvieran título universitario, como
Francisco José López Lumbí, de la Perla del Septentrión.
FACETAS
DE SU EJERCICIO PERIODÍSTICO
En el extenso trajinar de su carrera,
podríamos dividir su ejercicio
periodístico en tres facetas:
EL
PERIODISMO COMBATIVO.
Tuvo su mejor expresión en las décadas
de los años sesenta y setenta cuando la prensa escrita independiente combatió,
con la pluma como espada, los atropellos del régimen somocista, sobre todo
condenando los encarcelamientos, torturas y crímenes, de los cuales no
escaparon los periodistas que mantenían, a pesar de la opresión y las amenazas,
su actitud indoblegable, aunque en ello les fuera en juego la vida. Fresco estaba el recuerdo del asesinato del
destacado periodista Manuel Díaz y
Sotelo, el 7 de agosto de 1959, dos
meses después de la caída del somoteño Víctor Manuel Rivas Gómez, héroe en
Olama y los Mollejones. Díaz y Sotelo
fue salvajemente torturado –atado a un
árbol durante 3 días sin comer ni beber agua- antes de su fría ejecución en jurisdicción del
municipio de Pueblo Nuevo, Estelí, a la que se sumaría la del mencionado joven
René Barrantes hasta llegar a la del
doctor Pedro Joaquín Chamorro en 1978.
Hugo Ramón, en esa época, la más cruenta
del periodismo nicaragüense, mantuvo frontal
su posición contra el somocismo y su prosa combativa no le regateó los más fuertes epítetos, lo que
le hicieron acreedor a la cárcel y tortura.
Uno de los episodios más duros lo vivió cuando, por órdenes superiores
los guardias lo arrestaron y montaron a la fuerza en un helicóptero para
trasladarlo a otro lugar, con amenazas de lanzarlo en pleno vuelo del aparato,
salvaje práctica que ya habían realizado con Esteban y Juan Hernández,
campesinos del Cua.
EL
PERIODISMO HISTÓRICO.
Con valiosos archivos a los que ha
tenido acceso y con su acucioso espíritu investigativo, Hugo Ramón ha logrado
el rescate de valiosos hechos y personajes de nuestra comunidad, en artículos
no exentos de anécdotas poco conocidas, que contribuyen a enriquecer los
conocimientos, sobre todo de las nuevas generaciones sobre interesantes
aspectos de nuestra historia.
Algo, que posee, como un don, es su
extraordinaria memoria para recordar con exactitud fechas y lugares donde han
acontecido algunos sucesos relevantes.
Hugo Ramón ha hecho una tradición
convertida en devoción dedicar anualmente un artículo a los Mártires de abril,
salvajemente masacrados por la guardia somocista en los cafetales de Carazo, como una ofrenda a su memoria. Asimismo sus artículos evocando la memoria del querido
ciudadano somoteño doctor César Augusto
García Corrales, que se caracterizó por su espíritu de servicio a la comunidad
y fue un férreo opositor de la dictadura dinástica.
Sobre el genocidio que perpetró la
Guardia Nacional el 22 de enero de 1967 -¡qué forma de celebrar el centenario
del nacimiento de Rubén Darío, ocurrido cuatro días antes!- escribió su dramática vivencia que plasmó en
tres entregas consecutivas en La Prensa.
Asimismo escribió biografías de héroes y mártires como Julio César
Corrales Padilla y Augusto César Pinell, entre otros.
Como uno de los colaboradores de la
Revista MUSUNCE, Hugo Ramón ha dejado plasmadas en sus páginas numerosos
artículos en muchos de los cuales afloran importantes acotaciones de nuestra
historia, así como simpáticas anécdotas de personajes somoteños.
UNA
ANÉCDOTA DE HUGO RAMÓN.
El primer artículo que escribió Hugo
Ramón García, cuando solo tenía 16 años, fue una queja de personas de Somoto en
contra de dos conocidos personas que tenían un cargo en el gobierno en una oficina
situada donde hoy es la casa de don Ramón Ernesto Alfaro, porque, según los
quejosos diariamente se emborrachaban y como amanecían con la cruda no hacían
bien su trabajo. Los mencionados
empleados al llegar el programa de A.
A., fueron de los fundadores y jamás volvieron a probar un trago. Fieles a las
tradiciones de A. A. mantenemos el
anonimato.
EL
PERIODISMO SOCIAL.
Destacan en esta faceta artículos dedicados a la mujer y a la madre,
sobre todo en las efemérides de las mismas.
Asimismo los dedicados a personas fallecidas que han tenido relevancia
en nuestro mundo social.
Figuran entre estos los referidos a la celebración de la fundación del
departamento de Madriz, con interesantes anotaciones históricas, así como los
eventos conmemorativos de este hecho con
las lucidas fiestas de entonces y los animados eventos de las reinas de las
simpatías.
Por aquello de que los seres humanos somos proclives a ver solamente
los defectos de las personas y a no reconocer sus virtudes, pretendo, al escribir este trabajo, valorar en su justa dimensión el grandioso aporte de Hugo Ramón García con
su incansable y fecunda labor periodística, invaluable legado para la actual y
futuras generaciones y que, considero, como un acto de justicia lo hacen acreedor a un merecido reconocimiento de nuestro gobierno municipal y el Colegio de
Periodistas, capítulo de Madriz, pues su fructuoso quehacer de más de medio
siglo son el mejor testimonio de que hoy es el Decano del Periodismo somoteño.
Fragmentos de algunos de sus escritos.
“Traer a estas columnas ligeros
detalles respecto a los sangrientos aconteceres del domingo 22 de enero de
1967, es sencillamente trasladarme por unos momentos a recordar un pasado que
nunca me imaginé vivir”. (Aquel 22 de enero, I parte).
“… la Guardia Nacional no esperó
tiempo y las ráfagas de las ametralladoras comenzaron a vomitar fuego contra
los manifestantes”. (Aquel 22 de enero, I parte)
“… al bajarme de la camioneta
(obligado por los guardias) sentí que al pisar el suelo tocaba en algo suave.
Era que me había parado encima de una pobre mujer a la que habían cruzado de
lado a lado con una bayoneta. Mi
pantalón quedó embebido de la sangre de aquella pobre mujer a quien del corazón
le salían hondos gemidos” (Aquel 22 de enero II parte)
“Nos llevaron al comando de la
Guardia Nacional de Estelí; el entonces capitán Sergio Cifuentes se encargó de
interrogarnos. Noté que a todos los
interrogaba normalmente, pero cuando me tocó mi turno con voz áspera me
preguntó: ¿Y a cuántos guardias mataste ayer domingo en Managua?. A ninguno capitán, le respondí. ¿Y por qué traes el pantalón lleno de sangre?
¿Pensás que me vas a engañar?”...”…un sargento de mediana estatura, que tenía
entre sus manos un bastón, le dijo a Cifuentes: “capitán, déjemelo a mí, que a
la noche lo hago cantar de todo” (Aquel 22 de enero, III parte)
“Partiendo de la década de 1960 y
ajustándome, por historia a los documentos que aún se conservan, como
testimonio latente de una realidad sometida a los reveses del destino, se
confirma objetivamente en ellos la abierta participación guerrillera del
combatiente sandinista Julio César Corrales Padilla, autóctono somoteño, quien
a la temprana edad de 16 años se incorporó a la vanguardia de los hombres rebeldes,
que con el gesto heroico de su espíritu contribuyeron a la liberación definitiva de nuestra sufrida
Nicaragua.” (Julio Corrales Padilla, un mártir olvidado).
“Al conmemorarse hoy 21 de
febrero de 1979 el 40 Aniversario del cobarde asesinato consumado en el General
Augusto César Sandino, he creído como nicaragüense que la principal obligación
de nosotros radica en ofrecer en el espacio del recuerdo, un sentido homenaje a
los hijos ilustres de esta Patria que con el calor de su sangre heroica, ha inmortalizado
su nombre, legando a la juventud de nuestro tiempo el sentimiento combativo que
la lucha popular exige” (El ejemplo de Sandino).
“Bajo los sofocantes calores de
abril, muy propios del clima tropical, que se ciernen sobre el paisaje y los
campos nicaragüenses, los cafetales de Carazo, Brasil Grande y Cuatro Esquinas,
fueron convertidos en los sitios de referencia histórica para realizar uno de
los episodios más impactantes que ha registrado la conspiración armada” (Al
filo de la conspiración democrática del 4 de abril).
“Una legítima y espontánea
expresión popular resultó ser el monstruoso recibimiento que la ciudadanía
consciente de Somoto, incluyendo a la población, tributó el pasado domingo en
horas de la mañana a los integrantes del grupo de LOS DOCE”. (Somoto se volcó a
recibir a los Doce).
“El Dr. César Augusto García
Corrales, con quien me unió una verdadera amistad, era de esos hombres rectos
en carácter y principios y tuvo por virtud la franqueza manifestando
generalmente lo que sentía. Fue el
prototipo del hombre que antepone a las debilidades humanas la templanza de sus
cualidades” (A la memoria del Dr. César García Corrales”.
“El acto de constitución del
departamento de Madriz se llevó a efecto exactamente a las diez de la mañana
del 11 de noviembre de 1936 y la declaración solemne dando por constituido el
departamento la hizo el Ministro de Gobernación y Anexos Dr. Jerónimo Ramírez
Brown, en representación del Presidente de la República Carlos Brenes Jarquín”.
(67 Años del Departamento de Madriz)
“En el mundo existe una persona
muy especial, que por la naturaleza que la distingue, se hace merecedora de un
afecto profundo que por ella sentimos en nuestros corazón. Dispone de una fácil vocación para idealizar
un mundo mejor y en cada palabra que nace de su acento sentimental se ratifica
en ella el tesoro inigualable de su gracia.
La mujer es portadora de los dones más preciados que el Creador
universal ha depositado en ella y esos dones los enriquece a medida que su
personalidad avanza, sobre un camino de perfumadas rosas; de las tiernas rosas
que encarnan su virtud.” (En el Día de la Mujer)
“En el mes de mayo se tiene por
excelencia la tradición de rendirle culto a una mujer especial; a la mujer que
lleva en su espíritu la pureza de las flores y en su corazón el evangelio del
amor. Ella es la Madre, la que con su
entrañable ternura nos muestra su incomparable virtud de educar con abnegación
a sus hijos. Y por eso el Creador
Universal la dotó de excepcionales atractivos humanos para que su nombre y su
dignidad se santifiquen y se conservan como fulgores de gloria en el santuario
de la vida, y en el espacio del tiempo” (Un recuerdo del mes de mayo)