domingo, 13 de diciembre de 2015



HUGO RAMÓN GARCIA
 EL DECANO DEL PERIODISMO SOMOTEÑO

Ramón Mendoza Herrera
 



De aspecto humilde, hombre de extracción obrera, lo vemos recorriendo diariamente las calles de su natal Somoto y ocasionalmente las de Ocotal.  Su mente siempre está enfocada en lo que ha constituido la pasión obsesiva  de su vida: escribir, que lo empezó a hacer en el Diario La Prensa,  cuando era todavía un adolescente de apenas 16 años de edad.  Autodidacta,  escritor que nació con la vocación del periodismo en sus venas, hoy, en la tercera edad continúa en la brecha de la comunicación escrita que le ha producido numerosas satisfacciones, sinsabores, elevados incluso  a la categoría de sufrimientos.  Es Hugo Ramón García, hijo  autóctono de este pueblo, sin lugar a dudas el Decano del Periodismo somoteño.

De naturaleza amistosa, con sus múltiples amistades,  es también persona temperamental, lo que le ha valido la animadversión de algunos, que hasta lo tildan de cascarrabias,  pero como él dice: “No soy monedita de oro…   Por eso en  este trabajo pretendemos sopesar en la balanza de la objetividad sus cualidades como escritor y sus defectos,  que como todo ser humano, carga en la mochila de su sexagenaria existencia. 
Nacido en el año 1948, Hugo Ramón aprendió sus primeras letras con la  recordada educadora Josefa Dolores Ríos Jerez, la querida “Niña Lolita”, quien desde los días en que era un párvulo estudiante destacaba la facilidad del niño en el aprendizaje,  sobre todo en la lectura y escritura y lo ponía como ejemplo ante los demás,  algo que ella siempre acostumbró en su escuelita, a manera de emulación.
Empezó como colaborador del diario La Prensa en 1964 y fue hasta el año 1976, en que el director doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en explícito reconocimiento a su valioso y valeroso trabajo, le hizo llegar   por conducto de su secretaria Rosario Murillo Zambrana –actual Coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía- el carné que lo acreditaba oficialmente como corresponsal en Madriz.
Hugo Ramón García no estudió periodismo, no se hizo periodista académico, nació y creció con la vocación periodística arraigada en su mente y en su corazón  y así lo vemos, con apenas el sexto grado de primaria aprobado, deshojando infinidad de artículos  con prosa fluida y adjetivación florida,  desde su juventud hasta la tercera edad, con participación destacada en el Diario La Prensa de la época del Dr. Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, no solo como corresponsal en Somoto sino como miembro del cuerpo de periodistas en la sede central.  

LA ÉPOCA DE LOS MÁS DESTACADOS PERIODISTAS DE LA PRENSA
Cuando Hugo Ramón ejerció por largo período la corresponsalía de La Prensa, tenía este diario una plantilla de lujo de corresponsales departamentales, tales como: Francisco José y María de los Ángeles López Lumbí, en Matagalpa, con el recordado Adán Monzón Fornos, cuyos combativos artículos le valieron varias veces la cárcel y tortura;  Luis Aragón Pastora, en León;  Roberto González Rocha, de Masaya;  Rosario Mora Espinoza, de Boaco;  Teófilo Jiménez Viales, en Rivas; Alfonso Boza Rojas, en Chinandega.    En Estelí,  el recordado periodista Luis  René Barrantes, asesinado por la Guardia Nacional, por sus valientes denuncias hechas contra el régimen somocista.  También fueron sus compañeros en corresponsalía  Abelardo Sánchez,   Bernardino Rodríguez,  Martha Marina González y Jaime Zamora, recientemente fallecido.  


En el año 1977, cuando la lucha contra el gobierno somocista estaba ya en efervescencia, fue nombrado Secretario de Cultura de la Asociación de Periodistas del Norte, conformada por los hombres de prensa que fustigaban los múltiples desmanes del régimen.    Eran días de suma peligrosidad en  el ejercicio del periodismo independiente, sobre todo en la zona norte, pues en 1977  acontecieron hechos como: la emboscada de San Fabián, ataques al poblado de San Fernando, tomas de los poblados de Santa Clara y Las Manos, así como la quema de la finca La Ilusión, del Comandante de la G. N. en Ocotal y el gobierno culpaba a los periodistas de “atizar el fuego” con sus crónicas “subversivas”. 
  
EN LA PÁGINA DE OPINIÓN DE LA PRENSA
Al superar la línea de corresponsal  de La Prensa, dirigida  por el doctor  Chamorro Cardenal  y don Pablo Antonio Cuadra, pasó a escribir  en la página de opinión y compartió labores  con periodistas de la talla de Horacio Ruiz, Chepe Chico Borgen,  Pablo Emilio Barreto, Ignacio Briones Tórrez,  Lorena de Montis, José Dávila Membreño,  Filadelfo Alemán, Edgard Tijerino,  Eugenio Leytón, entre otros.  Algunos corresponsales destacados eran ascendidos a la redacción, aunque no tuvieran título universitario, como Francisco José López Lumbí, de la Perla del Septentrión.

FACETAS DE SU EJERCICIO  PERIODÍSTICO
En el extenso trajinar de su carrera, podríamos dividir su ejercicio  periodístico en tres facetas:

EL PERIODISMO COMBATIVO.
Tuvo su mejor expresión en las décadas de los años sesenta y setenta cuando la prensa escrita independiente  combatió, con la pluma como espada, los atropellos del régimen somocista, sobre todo condenando los encarcelamientos, torturas y crímenes, de los cuales no escaparon los periodistas que mantenían, a pesar de la opresión y las amenazas, su actitud indoblegable, aunque en ello les fuera en juego la vida.  Fresco estaba el recuerdo del asesinato del destacado  periodista Manuel Díaz y Sotelo,  el 7 de agosto de 1959, dos meses después­­­­­­  de la caída del   somoteño Víctor Manuel Rivas Gómez, héroe en Olama y los Mollejones.  Díaz y Sotelo fue  salvajemente torturado –atado a un árbol durante 3 días sin comer ni beber agua-  antes de su fría ejecución en jurisdicción del municipio de Pueblo Nuevo, Estelí, a la que se sumaría la del mencionado joven René Barrantes hasta llegar a  la del doctor Pedro Joaquín Chamorro en 1978.

Hugo Ramón, en esa época, la más cruenta del periodismo nicaragüense, mantuvo frontal  su posición contra el somocismo y su prosa combativa no  le regateó los más fuertes epítetos, lo que le hicieron acreedor a la cárcel y tortura.   Uno de los episodios más duros lo vivió cuando, por órdenes superiores los guardias lo arrestaron y montaron a la fuerza en un helicóptero para trasladarlo a otro lugar, con amenazas de lanzarlo en pleno vuelo del aparato, salvaje práctica que ya habían realizado con Esteban y Juan Hernández, campesinos del Cua.

EL PERIODISMO HISTÓRICO.

Con valiosos archivos a los que ha tenido acceso y con su acucioso espíritu investigativo, Hugo Ramón ha logrado el rescate de valiosos hechos y personajes de nuestra comunidad, en artículos no exentos de anécdotas poco conocidas,  que contribuyen a enriquecer los conocimientos, sobre todo de las nuevas generaciones sobre interesantes aspectos de nuestra historia.

Algo, que posee, como un don, es su extraordinaria memoria para recordar con exactitud fechas y lugares donde han acontecido algunos sucesos relevantes.

Hugo Ramón ha hecho una tradición convertida en devoción dedicar anualmente un artículo a los Mártires de abril, salvajemente masacrados por la guardia somocista en los cafetales de  Carazo, como una ofrenda a su memoria.    Asimismo sus  artículos evocando la memoria del querido ciudadano somoteño  doctor César Augusto García Corrales, que se caracterizó por su espíritu de servicio a la comunidad y fue un férreo opositor de la dictadura dinástica.

Sobre el genocidio que perpetró la Guardia Nacional el 22 de enero de 1967 -¡qué forma de celebrar el centenario del nacimiento de Rubén Darío, ocurrido cuatro días antes!-  escribió su dramática vivencia que plasmó en tres entregas consecutivas en La Prensa.   Asimismo escribió biografías de héroes y mártires como Julio César Corrales Padilla y Augusto César Pinell, entre otros.

Como uno de los colaboradores de la Revista MUSUNCE, Hugo Ramón ha dejado plasmadas en sus páginas numerosos artículos en muchos de los cuales afloran importantes acotaciones de nuestra historia, así como simpáticas anécdotas de personajes somoteños.

UNA ANÉCDOTA DE HUGO RAMÓN.

El primer artículo que escribió Hugo Ramón García, cuando solo tenía 16 años, fue una queja de personas de Somoto en contra de dos conocidos personas que tenían un cargo en el gobierno en una oficina situada donde hoy es la casa de don Ramón Ernesto Alfaro, porque, según los quejosos diariamente se emborrachaban y como amanecían con la cruda no hacían bien su trabajo.  Los mencionados empleados  al llegar el programa de A. A., fueron de los fundadores y jamás volvieron a probar un trago. Fieles a las tradiciones de A. A. mantenemos el  anonimato.

EL PERIODISMO SOCIAL.

Destacan en esta faceta artículos dedicados a la mujer y a la madre, sobre todo en las efemérides de las mismas.  Asimismo los dedicados a personas fallecidas que han tenido relevancia en nuestro mundo social.

Figuran entre estos los referidos a la celebración de la fundación del departamento de Madriz, con interesantes anotaciones históricas, así como los eventos  conmemorativos de este hecho con las lucidas fiestas de entonces y los animados eventos de las reinas de las simpatías.

Por aquello de que los seres humanos somos proclives a ver solamente los defectos de las personas y a no reconocer sus virtudes, pretendo,  al escribir este trabajo,  valorar en su justa dimensión  el grandioso aporte de Hugo Ramón García con su incansable y fecunda labor periodística, invaluable legado para la actual y futuras generaciones y que, considero, como  un acto de  justicia lo hacen acreedor a  un merecido reconocimiento  de nuestro gobierno municipal y el Colegio de Periodistas, capítulo de Madriz, pues su fructuoso quehacer de más de medio siglo son el mejor testimonio de que hoy  es el Decano del Periodismo somoteño.


Fragmentos de algunos  de sus escritos.

“Traer a estas columnas ligeros detalles respecto a los sangrientos aconteceres del domingo 22 de enero de 1967, es sencillamente trasladarme por unos momentos a recordar un pasado que nunca me imaginé vivir”. (Aquel 22 de enero, I parte).

“… la Guardia Nacional no esperó tiempo y las ráfagas de las ametralladoras comenzaron a vomitar fuego contra los manifestantes”. (Aquel 22 de enero, I parte)

“… al bajarme de la camioneta (obligado por los guardias) sentí que al pisar el suelo tocaba en algo suave. Era que me había parado encima de una pobre mujer a la que habían cruzado de lado a lado con una bayoneta.  Mi pantalón quedó embebido de la sangre de aquella pobre mujer a quien del corazón le salían hondos gemidos” (Aquel 22 de enero II parte)

“Nos llevaron al comando de la Guardia Nacional de Estelí; el entonces capitán Sergio Cifuentes se encargó de interrogarnos.  Noté que a todos los interrogaba normalmente, pero cuando me tocó mi turno con voz áspera me preguntó: ¿Y a cuántos guardias mataste ayer domingo en Managua?.  A ninguno capitán, le respondí.  ¿Y por qué traes el pantalón lleno de sangre? ¿Pensás que me vas a engañar?”...”…un sargento de mediana estatura, que tenía entre sus manos un bastón, le dijo a Cifuentes: “capitán, déjemelo a mí, que a la noche lo hago cantar de todo” (Aquel 22 de enero, III parte)

“Partiendo de la década de 1960 y ajustándome, por historia a los documentos que aún se conservan, como testimonio latente de una realidad sometida a los reveses del destino, se confirma objetivamente en ellos la abierta participación guerrillera del combatiente sandinista Julio César Corrales Padilla, autóctono somoteño, quien a la temprana edad de 16 años se incorporó a la vanguardia de los hombres rebeldes, que con el gesto heroico de su espíritu contribuyeron  a la liberación definitiva de nuestra sufrida Nicaragua.” (Julio Corrales Padilla, un mártir olvidado).

“Al conmemorarse hoy 21 de febrero de 1979 el 40 Aniversario del cobarde asesinato consumado en el General Augusto César Sandino, he creído como nicaragüense que la principal obligación de nosotros radica en ofrecer en el espacio del recuerdo, un sentido homenaje a los hijos ilustres de esta Patria que con el calor de su sangre heroica, ha inmortalizado su nombre, legando a la juventud de nuestro tiempo el sentimiento combativo que la lucha popular exige” (El ejemplo de Sandino).

“Bajo los sofocantes calores de abril, muy propios del clima tropical, que se ciernen sobre el paisaje y los campos nicaragüenses, los cafetales de Carazo, Brasil Grande y Cuatro Esquinas, fueron convertidos en los sitios de referencia histórica para realizar uno de los episodios más impactantes que ha registrado la conspiración armada” (Al filo de la conspiración democrática del 4 de abril).

“Una legítima y espontánea expresión popular resultó ser el monstruoso recibimiento que la ciudadanía consciente de Somoto, incluyendo a la población, tributó el pasado domingo en horas de la mañana a los integrantes del grupo de LOS DOCE”. (Somoto se volcó a recibir a los Doce).
“El Dr. César Augusto García Corrales, con quien me unió una verdadera amistad, era de esos hombres rectos en carácter y principios y tuvo por virtud la franqueza manifestando generalmente lo que sentía.  Fue el prototipo del hombre que antepone a las debilidades humanas la templanza de sus cualidades” (A la memoria del Dr. César García Corrales”.

“El acto de constitución del departamento de Madriz se llevó a efecto exactamente a las diez de la mañana del 11 de noviembre de 1936 y la declaración solemne dando por constituido el departamento la hizo el Ministro de Gobernación y Anexos Dr. Jerónimo Ramírez Brown, en representación del Presidente de la República Carlos Brenes Jarquín”. (67 Años del Departamento de Madriz)

“En el mundo existe una persona muy especial, que por la naturaleza que la distingue, se hace merecedora de un afecto profundo que por ella sentimos en nuestros corazón.   Dispone de una fácil vocación para idealizar un mundo mejor y en cada palabra que nace de su acento sentimental se ratifica en ella el tesoro inigualable de su gracia.  La mujer es portadora de los dones más preciados que el Creador universal ha depositado en ella y esos dones los enriquece a medida que su personalidad avanza, sobre un camino de perfumadas rosas; de las tiernas rosas que encarnan su virtud.” (En el Día de la Mujer)

“En el mes de mayo se tiene por excelencia la tradición de rendirle culto a una mujer especial; a la mujer que lleva en su espíritu la pureza de las flores y en su corazón el evangelio del amor.   Ella es la Madre, la que con su entrañable ternura nos muestra su incomparable virtud de educar con abnegación a sus hijos.  Y por eso el Creador Universal la dotó de excepcionales atractivos humanos para que su nombre y su dignidad se santifiquen y se conservan como fulgores de gloria en el santuario de la vida, y en el espacio del tiempo” (Un recuerdo del mes de mayo)