miércoles, 23 de septiembre de 2015


REAL MADRIZ LUCHA POR RECOMPONER ESPANTOSO INICIO
(FOTO TOMADA DE NICA SPORTS)
Debido que el equipo REAL MADRIZ, F. C., representante del departamento de Madriz en el  Torneo de Apertura del Campeonato Nacional de Fútbol de Primera División "Ricardo Morales Avilés",  no realizó la correspondiente preparación de post temporada, a lo que se suma la tardía inscripción de jugadores titulares que no vieron acción en los dos primeros partidos, nuestro equipo tuvo un inicio de pesadilla, tanto así que es el peor arranque del club en sus 16 años en la máxima división de nuestro balompié, incluyendo otro en segunda división.

Los merengues nicas arrancaron perdiendo en casa 4x0 ante el Diriangén y en su segunda aparición frente al Juventus, en el estadio del IND, sucumbieron con catastrófico marcador de 7x0, lo que arrojó un saldo de cero goles anotados y 11 recibidos en solo dos salidas, situación que empezó a causar preocupación entre la fiel legión de seguidores del equipo.

Nuestro equipo empezó a ver el sol claro en su tercer partido cuando derrotó 1 gol por cero al Managua F. C., jugando como local en el Estadio Solidaridad "AUGUSTO CÉSAR MENDOZA ARAUZ", con gol del zaguero colombiano Armando Valdez.  Lamentablemente en el cuarto partido, en el Estadio Nacional de Fútbol, frente al campeón nacional Wálter Ferreti, después de una heroica resistencia con marcador empatado a un gol, el colegiado Franklin Jarquín, divorciado de su menester de justicia,  cantó un penal, que incluso los comentaristas de Canal 6 consideraron inexistente y sirvió para que los capitalinos edificaran la ajustada e injusta victoria 2 x 1.    

Luego vino el partido contra la UNAN-MANAGUA, que se estuvo ganando 2x0, pero el conjunto catedrático demostrando capacidad de riposta, descontó en el minuto 87 y faltando solamente 30 segundos para concluir el partido empató dramáticamente para alzarse con un meritorio empate rescatando un valioso punto.

El domingo 20 de septiembre, jugando como local, el REAL MADRIZ, consiguió categórica victoria con goleada 5 x 2 ante el siempre respetado onceno del ART Jalapa que arrancó ganando con tanto del hondureño Erling Ruiz.  El gol  del empate llegó con impresionante zapatazo rasante del colombiano Jeffry Oliveros y al filo del minuto 45, el histórico goleador merengue Miguel Ángel Sánchez  puso el 2 x 1.  En el segundo tiempo Luis Valladárez anotó su primer tanto al minuto 50, para el 3 a 1, pero el hondureño Arlis Andino concretó para poner apretado el marcador 3 x 2.   
Luis Valladárez volvió a la carga  con su segunda diana,  ganando al portero  Fredman Castillo un rebote largo, que cabeceó cerca del área chica haciendo infructuoso el salto del cancerbero jalapeño.   Un impresionante cabezazo de Armando Valdez horadó la cabaña de Castillo para poner el tanto que certificó la goleada que llenó de júbilo a los hinchas madricenses.

Después del fatídico arranque en dos juegos  con  0 punto, cero gol anotado y 11 permitidos para  -11 en gol average,  el Real ha mejorado a 7 puntos, con 9 goles anotados, 17 permitidos para -8 que lo han instalado en 7° lugar, con grandes expectativas por ir mejorando a medida que el equipo vaya encontrando su mejor nivel.
#
EQUIPO
PJ
PG
PE
PP
GA
GP
DG
PTS
1
WALTER FERRETI
4
4
0
0
11
1
+10
12
2
UNAN MANAGUA
6
3
2
1
13
7
+6
11
3
DIRIANGEN FC
6
3
1
2
10
6
+4
10
4
JUVENTUS FC
6
2
2
2
10
4
+6
8
5
REAL ESTELI
5
2
1
2
10
4
+6
7
6
ART JALAPA
5
2
1
2
7
9
-2
7
7
REAL MADRIZ
6
2
1
3
9
17
-8
7
8
CHINANDEGA
5
1
2
2
5
11
-6
5
9
DEPORTIVO OCOTAL
6
1
1
4
4
14
-10
4
10
MANAGUA FC
5
0
3
2
5
11
-6
3




(DEPORTIVAS R. M.)
















martes, 15 de septiembre de 2015

MARCOS RAYO HERNÁNDEZ
"El Rey de las Bandas Filarmónicas"

Revista Musunce No. 14 del año 2008



Es un domingo del mes de noviembre, la plaza de toros está al reventar, los ánimos de los presentes se encuentran en su punto de ebullición, cuando después de un morterazo sueltan al toro, “El Revoliático”,  el griterío no se hace esperar, la bestia salta furiosamente con el jinete pegado al lomo  como un  Patacón, buscando como derribarlo y arrancan los acordes de un son de toros popular. Desde una parte de la tribuna, una tropa de chigüines son los que con sus instrumentos musicales le ponen la “sabor” al ambiente.
¡Es la Banda de don Marcos Rayo la que está amenizando las corridas de toros! de las alegres fiestas de noviembre del departamento de Madriz.

Así recordamos los somoteños a este hombre, nacido un 25 de abril de 1926, en la comunidad de Santa Teresa, producto del matrimonio de Tiburcio Rayo y María Evangelista Hernández.
Visitamos el hogar de unos de sus hijos, Mauricio Rayo, para que nos oriente en esta ruta  buscando la trayectoria musical de su padre y plasmarla en las páginas de nuestra Revista MUSUNCE, para darla a conocer a nuestros lectores, y así enseñarles a las nuevas generaciones de uno de los valores con nuestra ciudad tiene en su haber histórico-cultural.
Buscando un futuro mejor para su familia se trasladó a vivir a Somoto; ya aquí, en 1960 fue visitado por Arnoldo Castellón, Ramón Morales, Donatilo Garache y José Fuentes, para que los acompañara en la tarea de crear en esta ciudad una Escuela de Música, dado el talento musical innato de Marcos Rayo, puesto que en su comunidad animaba eventos con instrumentos típicos y rústicos; aceptó gustoso la invitación y comenzaron para él seis años de estudio de Solfeo - la Literatura Hilarión Eslava-; con él estaban 18 alumnos más, entre ellos mencionaremos a Roberto y Noé Valladarez, Germán Alfaro, Ramón Morales, Donatilo Garache, José Fuentes, Arnoldo Castellón, Gustavo Aguilera; todos bajo la dirección de los Maestros Quintín Morales y Luis Sandoval. La Escuela se llamó “Escuela de Música Municipal José Vicente González”, su sede estaba donde funcionó hasta hace poco el Mercado de esta ciudad.
Por gestión de don Gerardo Selva, diputado departamental en ese entonces, consiguió para la escuela una instrumentación completa, la que vino procedente de la república de Checoslovaquia.
Nos cuenta uno de sus hijos, Mauricio, que comenzaron allá por el año de 1970, la primera vez que amenizaron fue en Pueblo Nuevo, un mes de octubre, luego en los municipio de las Segovias;  dada la variedad en su repertorio, especialmente en música taurina. Por su alta calidad, acompañaron en su gira por nuestro país al torero colombiano de fama internacional, Nelson Amaya, logrando posteriormente obtener gran demanda en el ámbito nacional.

Todo comenzó como un proyecto familiar integrado por sus hijos Mauricio, Nery, Nervin, José Marcos y Rafael; unos primos; luego por la popularidad que iban obteniendo, otros niños que llegaban a verlos ensayar se unieron al grupo, como Roberto y Martín Zelaya y otros más, tanto que llegaron a formar una agrupación de 15 miembros. Aquí es necesario que recordemos  -nos dice Mauricio- a “Chamando”, que poseía gran habilidad para la música, imprimiéndole pimienta a la ejecuciones desde la percusión, que era donde él se desarrollaba.
Por el gran respaldo que tenían de la gente, por la música que interpretábamos, buscaron la manera de ampliar la Banda.
Compraron instrumentos usados y ensayaban en la finca con instrumentos rústicos, para lograr mejor concentración el trabajo.
“Uno de los componentes para su éxito, dice Mauricio, fue la calidad, la juventud y la responsabilidad, con estos ingredientes, más la sabia dirección de nuestro padre, don Marcos Rayo, llegamos a  tener mejor calidad que las bandas hondureñas de gran aceptación en esa hermana república”.
“Como era música de viento, no poseíamos vocalista, propio de las bandas modernas, procurábamos tocar música de las regiones que visitábamos, siendo así que obtuvimos reconocimiento de un Presidente y Ministros de Honduras. En Danlí nos dieron reconocimiento especial” recuerda Mauricio.
La calidad llegó al grado que varios de los integrantes fueron contratados por el Mariachi Norteño, los Mokuanes, Invierno, la Banda Blanca, los Gatos Bravos, Progreso Band, Orquesta Regis, la Familia Hitson y otros.
Otra característica de la Banda, era que  no solamente amenizaban eventos taurinos, también poseían en su repertorio música especial para fiestas, cumpleaños, festejos religiosos y otros; era notorio el alto sentido de colaboración que prevalecía en sus integrantes.
En el certamen “Chas Mejía” dedicado a don Marcos Rayo, el pueblo estuvo presente para homenajearlo, allí tocaron para él todos los 18 integrantes originales de la Banda, al evento asistieron personas de todas partes, desde donde era conocido, con su banda “Los hermanos Rayo”, fue algo excepcional
A través de las páginas de la Revista MUSUNCE, queremos agradecer al pueblo somoteño el apoyo que nos han brindado y también a las instituciones civiles.
Personalmente quiero agradecer a Celán Bertrand, al prof. Ramón Mendoza, a Ramón Umanzor, al Dr. Salvador Espinoza y otros; por el reconocimiento que han hecho con nosotros.
A las nuevas generaciones de músicos, les puedo dar la enseña que nuestro padre, nos daba en las prácticas: “toquen para el público, que la música no es para uno, se debe tocar en función del público, para que la gente sienta gozo al escucharnos”.
Esto ha sido un pequeño trabajo, que entregamos a ustedes a manera de homenaje a este hombre, que con su talento artístico, puso en alto el nombre de su ciudad y su patria, con la bandera de la música, armado de una tropa, hambrientos de conocimientos musicales y llenos de respeto a él, como ejemplo de padre, maestro y artista.
Sirva para ejemplo a las nuevas generaciones, los pasos en el arte de este personaje somoteño que se convirtió por esfuerzo propio en “EL REY DE LAS BANDAS FILARMONICAS”.
EL LEGADO CULTURAL
EN NUESTRO SOMOTO DE
MARCELA GARZA DE PADILLA

Por Ramón Mendoza H.
Revista Musunce No. 14, Junio 2008





SU LLEGADA A SOMOTO
En 1956, los jóvenes Juan Rafael Padilla Rodríguez, somoteño y Marcela Garza Chávez, mejicana, estudiantes de la carrera de Ciencias Políticas en la UNAM, contrajeron matrimonio en Méjico.  Vinieron a Somoto a principios de 1957, “por un tiempo corto”, con el propósito de culminar sus estudios luego de esa “temporada”, que no fue tal, pues  a decir verdad, se establecieron en Somoto por un período de 25 años, -“la más hermosa época de mi vida”- anota Marcela en sus Memorias, que precisamente reflejan ese período, en el cual procrearon el prolífico fruto de su unión matrimonial: 7 hijos; 6 varones: Rafael Antonio, Renato Alberto, Rodolfo Arturo, Róger  Alonso, Raúl Alejandro, Rubén Agustín,  y una mujer: Clara Aurora.
Acostumbrada a las comodidades de la vida en la capital azteca, Marcela enfrentó el reto de adaptarse a las limitaciones del   Somoto  de  1957: sin servicio de agua potable, ni luz eléctrica (sólo 4 horas por la noche); sin hospital, apenas con un incipiente servicio en el centro de salud;  sin una sola calle adoquinada.  Con deficientes comunicaciones, la más rápida era el telegrama; el teléfono público,  primitivo: era una hazaña conseguir una llamada a Managua,  y la carretera a Managua sin pavimentar, lo que tornaba el viaje en una cansada y tortuosa experiencia que duraba casi todo el día.  Un autobús hacía un viaje de Somoto a la capital, en el mismo horario en que su homólogo lo hacía a la inversa; salían a eso de las 8 y media de la mañana y llegaban a las 4 de la tarde, pues entraban  a todos los poblados  aledaños a la carretera y hacían paradas hasta de media hora, como la de  Estelí, que era la principal.
Ese fue el ambiente que enfrentó la recién casada joven, a punto de cumplir sus 21 años y que con indoblegable porfía, sustentada en el amor a su consorte y a sus hijos, logró hacerlo suyo y adaptarse,  con extraordinaria rapidez, hasta convertirse en una somoteña más, que hoy en su México natal añora el cuarto de siglo vivido en este terruño, en el cual dejó un imborrable legado cultural, que quienes lo conocemos, admiramos y reconocemos en todo su valor

SU GRAN APORTE CULTURAL
                Ya adaptada al ambiente pueblerino de Somoto,  Marcela Garza se fue incorporando a las diferentes actividades de la comunidad y en el año 1967 fundó su primera institución educativa: “El Jardín de Infantes Marcela”, de educación preescolar, el que se estableció en la casa donde actualmente habita don José Santos Padilla, muy cerca de su residencia, que era la de su suegro don Rafael Padilla Sandres, donde actualmente está el Restaurante “El Almendro”.
                Posteriormente fundó el Colegio República de México, centro que logró gran prestigio en la ciudad y en el que se impartía educación primaria completa y se procuraba una formación integral.   Sus hijos e hija cursaron estudios en ambos establecimientos educativos.

LA ACADEMIA DE DANZA MARCELA
                En 1971, recuerda Marcela que preparó, en el Colegio República de México,  la presentación de una polka rusa para el acto dedicado a las Madres el 30 de mayo, en el cual incluyó a su hija Claraurora, niñita de preescolar, que vio cumplido su deseo de actuar con los alumnos grandes (los de primaria).  Las mamás, encantadas de la presentación sugirieron a Marcela que les impartiera clases de baile a sus hijas y ella aceptó el reto.
 Así nació la Academia de Danza Marcela que empezó con 7 niñas pequeñas, incluyendo a su hija.  Poco a poco se fueron incorporando las chavalas más grandes, las de primaria, luego los varones de primaria, e incluso, varios  muchachos y muchachas que cursaban su bachillerato en el Instituto Nacional de Madriz.  Las clases de la Academia se impartían de 4 de la tarde a 9 de la noche; cansado horario que permitía la atención del heterogéneo alumnado, en función de sus horarios en educación formal.
El prestigio de la Academia creció como la espuma.  Cada 31 de octubre se presentaba una revista musical que el público esperaba con gran avidez, pues ofrecía  un atractivo muestrario de talento y creatividad: se bailaba música nicaragüense, mexicana, vals, tango, charleston y ballet, al principio muy sencillo, pero con el tiempo lo bailaban perfectamente de puntas. Para la presentación de cada revista en octubre empezaban a ensayar desde el mes de junio a fin de brindar la mejor actuación.
Reconoce,  y  agradece  Marcela, el apoyo que recibió de los padres, siempre dispuestos a costear los gastos de los trajes, que eran confeccionados por Vera Nye Mosher, esposa  del doctor Carlos  Herrera y Consuelo de Álvarez, esposa de Francisco Álvarez, bautizado por los somoteños como “Chico Banco”, porque era funcionario del Banco Nacional en Somoto.  También valioso era el aporte de la familia Fiallos: doña Rosa María, don Moncho y Luis Manuel, que confeccionaban los penachos, sombreros, bastones, con mucha habilidad y sobre todo ingenio, porque en este medio no existían los materiales para su elaboración, pero  ellos se las arreglaban y  siempre les quedaban muy bonitos.
Como las presentaciones se hacían en el cine, Marcela y Consuelo confeccionaron un telón para tapar la pantalla.  El telón se decoraba con dibujos  hechos  en papel de empaque, que después se pegaban con engrudo.  Marcela era la pintora de la brocha gorda y Consuelo la profesional, con decoraciones pictóricas alusivas a temas de la revista. Al final de un arduo trabajo, agachadas, pintando, durante muchos días y muchas horas,  el telón quedaba muy bonito y, ¡vaya! sí que le daba categoría al escenario.
Recuerda en sus Memorias Marcela: “Yo cuando venía a México llevaba los zapatos primero de media punta y más tarde los de punta; llevaba las cosas que se utilizaban en los bailes mexicanos y para que vieran cómo eran los vestidos y los pudieran confeccionar, llevaba libros que vendían en las presentaciones que hacía Amalia Hernández en Bellas Artes”.
Al principio su esposo Rafael les hizo unas cajas largas de madera en las que puso 3 reflectores en cada una para proyectar los efectos de luz; Róger, su hijo  y el Chele, su sobrino,  les ponían papel celofán que cambiaban de acuerdo con el color que se necesitara para lograr mayor vistosidad en el espectáculo.  Ya más tarde compró en México reflectores profesionales y al final hasta luces negras tenían.

EL INFALTABLE “CHAS”
                El jefe de sonido en las presentaciones de la Academia era don Carlos Mejía Fajardo, el legendario “Chas Mejía”, a  quien Marcela describe como  perfeccionista, pues grababan y volvían a grabar, cuantas veces fuera necesario hasta que todo quedara acorde con su exigente  gusto; tenía muy buenos aparatos de sonido y era experto en la materia. “Todo eso- anota Marcela- lo hacíamos en muchas y largas sesiones nocturnas, pues él trabajaba en la Aduana y sólo a esas horas podía hacerlo. Su ayuda fue muy valiosa y nunca cobró; siempre estuvo con nosotros en cada presentación acompañado de doña Elsa, su querida esposa”.  Agrega  sobre el “Chas”: “Decían que tenía muy mal carácter, pero para mí fue siempre alguien muy querido y hasta la fecha después de muchos años de haberse ido, yo siempre lo guardo en un pedacito muy especial en mi corazón, lo mismo que a doña Elsa, que ha sido una persona muy querida para mí”.

APOGEO DE LA ACADEMIA
                La revista anual que cada 31 de octubre presentaba la Academia fue cobrando rápidamente extraordinaria notoriedad y cuando se presentaba en Somoto, se abarrotaba el cine de somoteños y de personas que venían de otras ciudades como Ocotal, Condega y  Estelí.  Con el tiempo las presentaciones se fueron realizando fuera de Somoto, pues el público de otras ciudades las demandaba.
                En su mejor momento la Academia hizo una presentación en el Teatro Nacional “Rubén Darío”, de Managua. Recuerda Marcela que en esa ocasión bailaron Ricardo Cuevas, Raúl Alejandro Padilla, Rosana Espinoza.  El último baile lo interpretaron los hermanos Cuevas, Ricardo y Libertad. Posteriormente en un programa de televisión que se presentaba mensualmente con bailes regionales de distintos países, se invitó a la Academia de Danzas Marcela que presentó bailes regionales de México, constituyendo un rotundo éxito.

                En las revistas anuales Marcela participaba con los alumnos en algunos bailes y era la animadora y narradora de la síntesis de cada danza que se presentaba.  Alba Morales era la encargada del vestuario y ayudaba a los muchachos a vestirse rápido para que no hubiese espacios vacíos en la velada; ellos y ella adquirieron una pericia increíble para cambiar de traje con rapidez.
                Al principio, el bailarín principal era Ricardo Cuevas, con grandes dotes para la danza; al cabo de cierto tiempo Marcela pensó que estaba sobrado para estar en la Academia, por lo cual le consiguió una beca en México por medio de su amigo Raúl Valdez; estudió 6 años, primero  ballet clásico y contemporáneo en Bellas Artes y por último fue bailarín en la Universidad de Jalapa, Veracruz.
                Cuando Ricardo estaba adelantado en sus estudios, Marcela aprovechaba cada viaje que hacía a México para recibir clase de él y de esa manera se mantenía actualizada en la materia.  Marcela y su hijo Rodolfo, recibieron  un curso de ballet folklórico para enriquecer sus conocimientos; lo  aprovecharon plenamente, sobre todo Rodolfo, que además del gusto que sentía por el curso, le encantaba la maestra que lo impartía, de tal manera que resultó un magnífico alumno.
                El 31 de octubre de 1981 se presentó por última vez la revista musical de la Academia de Danza Marcela.   Luego de 10 años de tesonero esfuerzo y de haberse consolidado como institución, la Academia que empezó con 7 niñitas, se despedía de su público con una verdadera constelación de niños, jóvenes y adolescentes, 70 en total, que nos deleitaron durante una inolvidable década con el fruto de su esfuerzo y de su formidable talento artístico.
                Esto es una síntesis de la profunda huella que en el campo cultural, como precioso legado,  nos dejó Marcela Garza, que por su parte  se llevó grabada con caracteres indelebles una imborrable huella en el  corazón de su querido Somoto.