MARCOS RAYO HERNÁNDEZ
"El Rey de las Bandas Filarmónicas"
Revista Musunce No. 14 del año 2008
Es un domingo del mes de noviembre, la plaza de toros está
al reventar, los ánimos de los presentes se encuentran en su punto de
ebullición, cuando después de un morterazo sueltan al toro, “El
Revoliático”, el griterío no se hace
esperar, la bestia salta furiosamente con el jinete pegado al lomo como un
Patacón, buscando como derribarlo y arrancan los acordes de un son de
toros popular. Desde una parte de la tribuna, una tropa de chigüines son los
que con sus instrumentos musicales le ponen la “sabor” al ambiente.
¡Es la Banda de don Marcos Rayo la que está amenizando las
corridas de toros! de las alegres fiestas de noviembre del departamento de
Madriz.
Así recordamos los somoteños a este hombre, nacido un 25 de
abril de 1926, en la comunidad de Santa Teresa, producto del matrimonio de
Tiburcio Rayo y María Evangelista Hernández.
Visitamos el hogar de unos de sus hijos, Mauricio Rayo, para
que nos oriente en esta ruta buscando la
trayectoria musical de su padre y plasmarla en las páginas de nuestra Revista
MUSUNCE, para darla a conocer a nuestros lectores, y así enseñarles a las
nuevas generaciones de uno de los valores con nuestra ciudad tiene en su haber
histórico-cultural.
Buscando un futuro mejor para su familia se trasladó a vivir
a Somoto; ya aquí, en 1960 fue visitado por Arnoldo Castellón, Ramón Morales,
Donatilo Garache y José Fuentes, para que los acompañara en la tarea de crear
en esta ciudad una Escuela de Música, dado el talento musical innato de Marcos
Rayo, puesto que en su comunidad animaba eventos con instrumentos típicos y
rústicos; aceptó gustoso la invitación y comenzaron para él seis años de
estudio de Solfeo - la Literatura Hilarión Eslava-; con él estaban 18 alumnos
más, entre ellos mencionaremos a Roberto y Noé Valladarez, Germán Alfaro, Ramón
Morales, Donatilo Garache, José Fuentes, Arnoldo Castellón, Gustavo Aguilera;
todos bajo la dirección de los Maestros Quintín Morales y Luis Sandoval. La
Escuela se llamó “Escuela de Música Municipal José Vicente González”, su sede
estaba donde funcionó hasta hace poco el Mercado de esta ciudad.
Por gestión de don Gerardo Selva, diputado departamental en
ese entonces, consiguió para la escuela una instrumentación completa, la que
vino procedente de la república de Checoslovaquia.
Nos cuenta uno de sus hijos, Mauricio, que comenzaron allá
por el año de 1970, la primera vez que amenizaron fue en Pueblo Nuevo, un mes
de octubre, luego en los municipio de las Segovias; dada la variedad en su repertorio,
especialmente en música taurina. Por su alta calidad, acompañaron en su gira
por nuestro país al torero colombiano de fama internacional, Nelson Amaya,
logrando posteriormente obtener gran demanda en el ámbito nacional.
Todo comenzó como un proyecto familiar integrado por sus
hijos Mauricio, Nery, Nervin, José Marcos y Rafael; unos primos; luego por la
popularidad que iban obteniendo, otros niños que llegaban a verlos ensayar se
unieron al grupo, como Roberto y Martín Zelaya y otros más, tanto que llegaron
a formar una agrupación de 15 miembros. Aquí es necesario que recordemos -nos dice Mauricio- a “Chamando”, que poseía
gran habilidad para la música, imprimiéndole pimienta a la ejecuciones desde la
percusión, que era donde él se desarrollaba.
Por el gran respaldo que tenían de la gente, por la música
que interpretábamos, buscaron la manera de ampliar la Banda.
Compraron instrumentos usados y ensayaban en la finca con
instrumentos rústicos, para lograr mejor concentración el trabajo.
“Uno de los componentes para su éxito, dice Mauricio, fue la
calidad, la juventud y la responsabilidad, con estos ingredientes, más la sabia
dirección de nuestro padre, don Marcos Rayo, llegamos a tener mejor calidad que las bandas hondureñas
de gran aceptación en esa hermana república”.
“Como era música de viento, no poseíamos vocalista, propio
de las bandas modernas, procurábamos tocar música de las regiones que
visitábamos, siendo así que obtuvimos reconocimiento de un Presidente y
Ministros de Honduras. En Danlí nos dieron reconocimiento especial” recuerda
Mauricio.
La calidad llegó al grado que varios de los integrantes
fueron contratados por el Mariachi Norteño, los Mokuanes, Invierno, la Banda
Blanca, los Gatos Bravos, Progreso Band, Orquesta Regis, la Familia Hitson y
otros.
Otra característica de la Banda, era que no solamente amenizaban eventos taurinos,
también poseían en su repertorio música especial para fiestas, cumpleaños,
festejos religiosos y otros; era notorio el alto sentido de colaboración que
prevalecía en sus integrantes.
En el certamen “Chas Mejía” dedicado a don Marcos Rayo, el
pueblo estuvo presente para homenajearlo, allí tocaron para él todos los 18
integrantes originales de la Banda, al evento asistieron personas de todas
partes, desde donde era conocido, con su banda “Los hermanos Rayo”, fue algo
excepcional
A través de las páginas de la Revista MUSUNCE, queremos agradecer al pueblo somoteño el apoyo que
nos han brindado y también a las instituciones civiles.
Personalmente quiero agradecer a Celán Bertrand, al prof.
Ramón Mendoza, a Ramón Umanzor, al Dr. Salvador Espinoza y otros; por el
reconocimiento que han hecho con nosotros.
A las nuevas generaciones de músicos, les puedo dar la
enseña que nuestro padre, nos daba en las prácticas: “toquen para el público,
que la música no es para uno, se debe tocar en función del público, para que la
gente sienta gozo al escucharnos”.
Esto ha sido un pequeño trabajo, que entregamos a ustedes a
manera de homenaje a este hombre, que con su talento artístico, puso en alto el
nombre de su ciudad y su patria, con la bandera de la música, armado de una
tropa, hambrientos de conocimientos musicales y llenos de respeto a él, como
ejemplo de padre, maestro y artista.
Sirva para ejemplo a las nuevas generaciones, los pasos en
el arte de este personaje somoteño que se convirtió por esfuerzo propio en “EL
REY DE LAS BANDAS FILARMONICAS”.