RECORDANDO A
DON CHEPE FUENTES
Artículo publicado en la Revista Musunce No. 12, año 2008,
por el historiador somoteño don Armando Nuñez
Al hablar sobre
música, y los representantes de ese arte en nuestro pueblo, salta a la vista
lógicamente, la figura de José Fuentes Salazar, conocido como CHEPE FUENTES,
popular en nuestro medio por su entrega y pasión a ese don que el Creador le
concedió: la música.
Nacido un 19 de Marzo de 1918, del matrimonio formado por
don Teodoro Fuentes, originario de un lugar llamado La Alianza, en Nacaome,
república de Honduras; y de Susana Salazar, vecina de esta ciudad. Del
matrimonio que eran cuatro hermanos, fallecieron dos, siendo niños, Arnoldo y
Susana; quedando solamente Estela y José.
Desde muy joven aprendió la zapatería, el oficio de su
padre, además que ayudaba a éste en las labores agrícolas en una propiedad que poseía de nombre Zaragoza. Hacia los años
50´s, laboró, por un espacio de 7 años,
en el departamento de carreteras donde estaba a cargo de las
herramientas.
En la zapatería se elaboraban zapatos de toda clase, desde
finos a los famosos Zapatos Burros, que eran los que usaban los campesinos,
dada su fortaleza y durabilidad. De los zapateros que laboraban con su padre,
recuerda a Tobías Ramírez, Lila Rodríguez, José Octavio Salazar, Ramiro Turcios
y otros. Otro zapatero que recuerda de entonces era don Polo Corrales.
En el año 1961, fue nombrado Cónsul Honorario de la
república de Honduras, en esta ciudad, cargo que desempeñó por tres años.
En el ramo de la música aprendió primero a tocar guitarra,
con lo que se hizo serenatero, luego en la escuela de don Quintín Morales,
tocaba el trombón, aprendió el solfeo en su clave de Fa y Sol, al lado de Tomás
Ruiz y Juan Fajardo, con los que amenizaba acompañando a los recordados don
Chico Ponce y Roberto Valladárez. Entre los músicos que recuerda están don
Tulio Aldana de Ocotal, Ramón Ruiz, don Lupe Ponce, Dolores Torres, los
hermanos Peralta, Mercho Pérez, César Bustillo y otros.
Nos dice que el coro de la iglesia, entonces formado por don
Ramón Ruiz, estaba compuesto por Carlota Tercero, Polita Umanzor, acompañados
con el armonio ejecutado por Merceditas Ríos, también lo formaban las hermanas
Fiallos, las hermanas Ordóñez, Laurita Guillén y su hermana.
El padre Chavarría formó un cuarteto donde participaban las
hermanas Ordóñez, en esta escuela aprendieron música doña Guisela y doña Pinita
Huete, excelentes ejecutoras del piano.
De sus recuerdos del Somoto de antaño, recuerda que, por
ejemplo, las calles del pueblo a falta de luz eléctrica, se iluminaban con ocotes y buruscas
encendidas.
Los profesores de entonces eran don Ramón Ruiz, Nando Roque,
don Víctor Talavera; el local donde funcionaba la escuela es donde ahora opera
la Alcaldía Municipal; otro local fue donde hoy vive don Germán Alfaro.
Estudió música con don Quintín Morales, éste tenía un equipo
formado por don Arnoldo Castellón, Germán Alfaro, Roberto Valladárez, Luis
Sandoval (El Tico), Julián Díaz, Félix Pedro Peralta, que era hijo del famoso
músico Pastor Peralta(Pituncho).
Cuando decidió formar su agrupación, la Tulita Baca le ayudó
a comprar una guitarra eléctrica que le costó C$ 2,000, ya que anteriormente
tocaba con una guitarra de madera, organizó el conjunto con el nombre de Los Murmullos del Coco, recordando aquel
grupo que había creado Carlos Mejía Fajardo (El Chas Mejía), integrado entre
otros por José Aguilera, Moncho Morales, José María González (Chemalín),Chico
Ponce, Marcial Díaz, estos amenizaban con marimba.
Su agrupación la formó con Toño Medina y Gladys Herrera,
cantantes; El Tico en el saxofón y clarinete; Oscarito Fernández en la batería
y José Tomás Amador con el acordeón.
Después de los Murmullos del Coco, formó la agrupación que
se llamó Los Vampiros, equipados con 3 guitarras eléctricas, un bajo y un
órgano. Estos equipos eran adquiridos con su propio dinero y esfuerzo, ya que
como dueño de la agrupación, asumía todos los gastos que ella exigía.
Tuvieron muy buena acogida tanto en Somoto como en las
ciudades vecinas, tomando en cuenta que en esos tiempos las fiestas eran
amenizadas con grupos musicales, no existían las Discomóvil, de gran aceptación
ahora.
Luego de esto, cambiaron el nombre por Blue Star y
posteriormente Los Jolesman, este nombre era así porque representaba las
iniciales de los nombres de cada uno de sus integrantes.
Otros músicos que acompañaron a don Chepe Fuentes eran Raúl
Hernández, Gladys Herrera, Ramón Loáisiga, Edwin Artola (Tololo), Nelson
Ramírez (Cumba de Leche), Oscar Blanco y otros.
Dice sentir satisfacciones de su andar por la música, ha
tenido agradecimientos de las personas que formó como músicos, y de las
organizaciones que ayudó.
En esta ciudad la organización de artistas somoteños lleva
su nombre, algo que agradece personalmente; anteriormente le habían otorgado
reconocimientos como el de 1998 que se le dedicó el VII Festival de canción
romántica “Chas Mejía” y en el 2003, la Alcaldía Municipal le otorgó un
reconocimiento por su aporte al desarrollo socio-cultural de nuestro municipio.
Sirva esta breve reseña como un homenaje muy merecido,
aunque sencillo, de parte de la Revista MUSUNCE y del pueblo somoteño, lleno de
sinceridad y cariño, a este hombre que llenó de gratas emociones a través de su
música a todos nosotros, además de que hacemos patente el reconocimiento que le
tenemos a don Chepe Fuentes, un hombre entregado al arte musical y al servicio
de su comunidad.
Lógicamente nos faltan datos, fechas, nombres y otros; pero
pedimos disculpas por estas omisiones involuntarias, debido a que el tiempo nos
lo robó en el recuerdo, pero valen los sentimientos que tenemos a don Chepe,
impregnados de respeto y admiración a su obra artística en pro de su Somoto
natal.