martes, 23 de agosto de 2016

TRES ARTÍCULOS PUBLICADOS
EN LA REVISTA MUSUNCE No. 96

ASÍ NACIÓ EL PROGRAMA A. A. EN SOMOTO 
Por Armando Núñez publicado en la Revista Musunce No. 96

Puedo decir que llegó de incognito. Por mera casualidad, envuelto en la tinieblas de la noche. Yo, Armando, por pura coincidencia fui testigo de su llegada.

Les contaré cómo fue: Venía, después de las ocho y media de la noche, de casa del señor Edgar Morales Gadea, de entregarle la recaudación de esa noche del Teatro Madriz, cuando pasé por el negocio de doña Josefina Altamirano, se me antojó una Coca Cola. Entré y la solicité. De pronto llegó un señor de buena apariencia, con un maletín, después de saludar amablemente, pidió que le vendieran otra  gaseosa y señalando la vitrina, también pidió pan. Ya con su Coca Cola  y su pan en la mano se dirigió a doña Josefina y le habló de la siguiente manera: - ¿Señora, sería usted tan amable de indicarme en dónde queda aquí en Somoto, una sala de Alcohólicos Anónimos?. Le explicaré, yo soy vendedor de productos medicinales y pertenezco a un grupo AA, por lo que al lugar donde llego, visito la sala que existe allí.-
Doña Josefina enmarcó las cejas en señal de asombro y con las dos manos metidas en el delantal, le contestó: -Señor, por favor, repítame la pregunta, pues yo no lo entiendo, ya que aquí nunca he oído hablar de tal programa.- Y dirigiéndose a mí,  me preguntó: -¿Y usted, don Armando?- Yo le contesté negativamente.

El visitante le explicó que “AA” son las siglas de la agrupación de Alcohólicos Anónimos, que es un grupo formado por personas que quieren librarse de las garras del alcohol. Ellos quieren librarse de este flagelo y se forman en grupos para animarse y ayudarse unos a otros.

Hasta aquí lo que yo escuché y presencié  en casa de doña Josefina. Exprimí hasta la última gota de mi Coca Cola y salí rumbo a mi casa.
Ahora les dejo a don Reynerio Ramírez Flores que es uno de los primeros miembros AA y que con gran satisfacción dice ser de los fundadores del Grupo 11 de Noviembre, hasta hoy cumplirá 49 años de completa sobriedad.

Don Reynerio continúa donde yo les dejé. Dice que doña Josefina se enteró de lo que el vendedor de medicina le explicó sobre el programa AA y que lo puso en contacto con Doña Lucila Godoy de Selva, que se interesó por conocer quién podría traer el mensaje a esta ciudad. El visitador médico le dijo que tenía conocimiento de que lo podían traer de la ciudad de Estelí, que lo que se tenía que hacer era reunir a un grupo de alcohólicos que desearan salirse de las garras del vicio y cuando esto estuviera realizado, se establecería el contacto para traer a la persona que daría a conocer el programa.

Doña Lucila mandó llamar a don Erasmo Martínez para que le ayudara a coordinar la asistencia de los que desearan conocer el programa. Se llevó a cabo la reunión que se realizó en la sala de la  casa de habitación de ella, con la asistencia de varios alcohólicos y la presencia del compañero Juan Rojas del grupo “1ro. de Junio de Estelí”, que vino a dar a conocer el programa y que apadrinó al primer grupo de esta ciudad que se llamó “11 de Noviembre” en el año de 1967. Lo constituyeron don Erasmo Martínez, Salomón Espinoza, Gustavo Moreno, Cristino Aguilera, Julio Díaz, Benito Ramírez, Juan Vásquez Espinoza, Alfredo Espinal, Alberto Carazo, Santos Lagos y Salvador Pérez Bonilla.

El Sr. Reynerio Ramírez Flores, se inició en este grupo unos días después. Su integración fue una coincidencia, producto de las circunstancias, se puede decir del mismo alcohol. Cuenta que el día que conoció del grupo fue así: Iba camino al riíto, por la finca de don Antolín Talavera, con una  goma “de garabatillo”,  que lo hacía ver chispas y con la lengua pegada al paladar, cuando de pronto observó al grupo;  esa visión fue algo que le alegró el  espíritu. Se dijo a sí mismo: -“¡aquí está la salvación!”-. Sus piernas que ya no querían caminar se reactivaron, todo su ser se llenó de energía,  como si recibiera una descarga eléctrica, como se dice ahora, se le subió la adrenalina; y más cuando vio levantarse a dos del grupo que lo fueron a recibir al momento que exclamaron: “¡aquí viene el compañero Reynerio!”, y  lo tomaron por los brazos para llevarlo al grupo  en donde uno le ofreció una taza de café bien calientito, lo  sentaron y comenzaron a darle la primera terapia sobre los AA. Desde ese momento, a pesar de la  gran goma que traía, le dijo adiós al licor. Y así fue como don Reynerio se integró a los Alcohólicos Anónimos y este próximo mes de noviembre cumplirá ¡49 años de vivir en sobriedad!.

Me sigue relatando don Reynerio, que el apoyo de doña Lucilita y doña Josefina, fue vital para el grupo “11 de noviembre”, como también el apoyo espiritual de Monseñor Suazo,  que casi siempre les acompañaba en las reuniones,  muchas veces realizadas en la Casa Comunal. También recuerda que su primer aniversario lo celebró en la casa esquinera de don David Ocampos, acompañado de sus compañeros, del Dr. Ariel Brenes y Monseñor Suazo.
Añade que de los fundadores del “Grupo 11 de Noviembre” que él recuerda son: Erasmo Martínez, Alberto Carazo, Salvador Pérez Bonilla, Polo Barrantes, Alfredo Espinal, Juan Vásquez Espinoza,  Cristino Aguilera, Santos Lagos, Juan Pérez y él, que se integró un poco después.

Luego, debido a una discusión entre Alberto Carazo y Cristino Aguilera, éste, se levantó de la reunión y les dijo: “-Me voy compañeros-”. Que la mayoría, al ver la disposición de don Cristino de abandonar el grupo, se levantaron y dijeron:-“Si el compañero Cristino se va, nosotros también nos vamos”-. Como quedó dicho, la mayoría acompañó a don Cristino, lo acuerparon y decidieron buscar un local para seguir con las reuniones.  Afortunadamente, debido a la amistad de don Cristino con el Capitán Gilberto  Peralta éste  le cedió una casa frente a la bodega de don Dionisio Castillo y que era ocupada  para guardar madera y otras cosas.

 La primera reunión se hizo a la luz de los candiles y candelas, y como bancas usaban piedras que recogieron del solar. De allí nació el “Grupo 13 de Mayo”, que fue formado por los que se separaron del “11 de Noviembre” y que  lo formaron: Erasmo Martínez, Reynerio Martínez, Polo Barrantes, Salvador Pérez Bonilla, Juan Vásquez E., Alfredo Espinal. El grupo se fue fortaleciendo con la llegada de Manuel Vílchez, Maximiliano Vargas, Andrés Rugama, Arsenio López, Aquileo García, Arturo Armijo, entre otros. El Grupo “11 de Noviembre”, a pesar de haber perdido a la mayoría de sus miembros, logró subsistir y captar nuevos miembros.
Según tengo entendido, de la entrevista que amablemente me dio don Reynerio, los dos grupos, aunque separados, mantuvieron buenas relaciones.

Quedó impresa en la memoria de don Reynerio, la visita de una señora de Diriamba que conocieron cuando asistió el grupo de Somoto a la convención en esa ciudad. Fue la primera salida del grupo. La señora en mención pertenecía al grupo de ayuda de alcohólicos que estaba formada por madres, esposas y familiares de AA y se conocía como ALANON. Aquí se integró a doña Lucilita, doña Josefina y doña Azucena Díaz de Miranda; las integrantes de este grupo acompañaban siempre a los AA en las convenciones.

A don Reynerio se le nota el cambio que ha producido en su vida el pertenecer a los AA. Se siente como un hombre nuevo. Desde su integración su fe, su optimismo, me lo describe así: Al preguntarle cómo valora la llegada de los AA  a esta ciudad, según su experiencia, siente que ha sido positiva la formación de estos grupos. Afirma que la llegada de los AA la cataloga como una bendición, no solamente para los que han logrado su meta de abandonar el licor y decir con orgullo: “¡ya no soy del vicio!”, sino también, para la sufrida familia, los cuales se han librado del tormento de lidiar con un padre, un marido, un hijo alcohólico. En lo que a él respecta, se siente completamente agradecido del Programa AA y siempre está llevando un mensaje a personas que son del vicio para que traten de abandonarlo y se conviertan en personas útiles a su familia y a la sociedad  a que pertenecen. Agrega que como logro de los Alcohólicos Anónimos de Somoto, está el haber llevado el mensaje a la ciudad de Ocotal y a la vez  formado grupos en casi todos los municipios del departamento de Madriz.

Como anécdota nos cuenta que al compañero Salomón Espinoza, uno de los primeros AA, estando muy enfermo le preguntaron que si al tomarse un trago fuese su curación; que él contestó que no lo aceptaría, que prefería morir. Lo que demuestra la fortaleza moral y espiritual que llega a adquirir un verdadero miembro de AA, que comprende la verdadera dimensión del programa que lo ha llevado a convertirse en un hombre nuevo. Hasta aquí lo expresado por el compañero Alcohólico Anónimo don Reynerio Ramírez.

En la edición No. 2 de la Revista Musunce, publicamos un testimonio de don Manuel Vílchez, en parte del cual dice que su vida de alcohólico fue de 20 años, dejó de beber por iniciativa propia y que era una necesidad.  Luego, -continúa diciendo-, me acerqué a los AA, me gustó el programa y me quedé allí. Al preguntarle si alguna vez había recaído, contesta con la seguridad del que tiene la verdad absoluta, que nunca ha recaído y que hasta aquella  fecha (2007) tenía 37 años de no beber y concluyó afirmando  “que todo esto es posible cuando nos convertimos en hombres de decisión, cambiamos la ruta de nuestras vidas y somos un hombre nuevo”.

Para esta semblanza, el Licenciado Ramón Arsenio López, me dio la valiosa información de la cual no hice uso, ya que me prometió hacer una colaboración ampliada sobre el tema para la Revista Musunce, y conociendo de su experiencia y nivel intelectual, quedamos en espera de dicho aporte para enriquecer este tema y publicarlo en una edición posterior.
Donde el Dr. Arturo (Arturito) Armijo llegué con el ánimo de entrevistarlo sobre los grupos de Alcohólicos Anónimos para la elaboración del presente trabajo, pero mejor lo haré en otra ocasión para publicarlo también en una próxima edición,  ya que este tema es muy rico en experiencias, testimonios y mensajes para todos. Pero les  contaré una anécdota del doctor cuando en su juventud daba los primeros pininos es los grupos de AA:  “En mis tiempos de chavalo, matacancito, era muy apegado con Arnoldo (El Pájaro) y Dagoberto (El Ñato) Martínez, hermanos ambos. Cierto día llegué donde doña Chepa en compañía de Dago, y éste se sorprendió al encontrar allí, en su casa, que era expendio de licor a Arturito, y al verlo le dijo: -“Idiay, Arturito, asi que usted anda en zafra”-; a lo que contestó el interpelado: -“pero que puedo hacer, Dago, no ve que mi tío Ramiro está inactivo y yo, ando sosteniéndole la antorcha para que no se apague y no defraudarlo”-.

El joven Rodolfo (Fito) Báez colaboró para este artículo, dándome a conocer los siguientes logros que en transcurso de estos 49 años se han apuntado los grupos de alcohólicos Anónimos, tanto el “11 de Noviembre”, grupo pionero, como el “13 de Mayo” que nació 6 meses después. Como parte de su aporte Fito, nos da a conocer los 7 grupos que actualmente están en la ciudad:
1.- GRUPO 11 DE NOVIEMBRE, su responsable es Chito Martínez, funciona en la sala El Turco. Como vimos, es el grupo pionero.
2.- GRUPO 13 DE MAYO, su responsable es Francisco Moncada, funciona del complejo judicial una cuadra y media al este.
3.- RETORNO AL HOGAR, responsable.  Celio Lenin Montoya, funciona de la casa de Jairo Arce media cuadra al sur.
4.- 4 DE JUNIO, responsable Rodolfo Báez, en la casa de Justo Salinas.
5.- 19 DE FEBRERO, responsable, Miguel Vásquez, en  la Granja Avícola García.
6.- CENTRAL, responsable,  José Carballo, contiguo a la  casa de Arsenio López.
7.- MILAGRO, responsable,  Leónidas González, contiguo al Hotel Portal del Ángel.

14 DE SEPTIEMBRE, responsable, Julio Aguirre, situado en La Esperanza.
SAN JUAN DE LOS AVENTUREROS, en San Juan del Río Coco
También existen grupos en Cusmapa, Las Sabanas, Totogalpa, Yalagüina, Palacagüina y Telpaneca. Existió anteriormente el  grupo Luz y Esperanza integrado por jóvenes y apadrinado por miembros AA con experiencia, pero debido a ciertos desacuerdos se disolvió, aunque algunos de sus integrantes siguieron dentro del programa y hasta la fecha son abstemios; ellos Jorge (El Gorgojo) Artola, Víctor (Pititure), Nordin Bayres, Francisco Ramírez, Alberto (Motor) Carazo, sobrino de Alberto Carazo Garmendia, entre otros. También es digno de mencionar a los hermanos Francisco, Anastasio y Cristóbal Valladárez,  que por voluntad propia salieron de las garras de tan nefasto vicio, como  es el alcohol y que también es la puerta de entrada al mundo de las drogas.

A QUIEN CONCIERNA:
Alcohólicos Anónimos edita una revista de nombre “NUESTRA VOZ”, de publicación semestral, el valor de la suscripción es de C$ 125.00 los seis ejemplares. Si alguien está interesado en recibirla pueden  dirigirse a la Oficina de Servicios Generales de AA para Nicaragua, que está ubicada en el costado sur de la Escuela María Mazzarello, Casa No. 8, en el Barrio Altagracia, Apartado Postal 2247. Telefax: 2266 2022, Managua Nicaragua.




EDITORIAL DE LA REVISTA MUSUNCE No. 96
 Por: José Tomás Díaz

La protesta del arte o el arte de la protesta 
 
Cuando hablamos de arte,  entendemos entre otros conceptos, que es la forma de expresar las cosas cotidianas con belleza, delicadeza, emoción, etc.; pero también el arte es una forma que sirve para denunciar o poner en el tapete de la opinión pública actividades o situaciones que de una u otra manera afectan el buen sendero de la vida de una comunidad.
El ámbito del arte encierra belleza, pero también invita a la reflexión, a la construcción de opiniones que nos llevan a la acción.
Cuando observamos un cuadro, escuchamos una canción o leemos un escrito literario, nuestra mente absorbe  el   momento de su creación y establece alrededor del individuo, el mundo que artista captó cuando escribió o pintó esa obra en el momento que tuvo ese fluido de inspiración.

Nuestra Nicaragua ha sido  testigo de ese nacimiento del arte como denuncia. Nuestros artistas pusieron oficio apuntando a la labor social, denunciando con arte las desigualdades sociales, y con arte protestando en aquellas situaciones donde se necesitaba una voz  para señalar la injusticia.
Pero cuando hablamos de protesta o denuncia no necesariamente debemos enfocarlo en el tema político. Hay situaciones que afectan a la sociedad en las que nosotros, como humanos, somos responsables directos de ellas. Hablemos del desorden urbano, de la conducta de los adolescentes, de nuestra forma de llevar la vida diaria, etc. Cuando todo eso no es vivido o realizado de acuerdo con  las normas establecidas, tienen su impacto negativo en la comunidad.

Hemos visto y escuchado obras de grandes autores que las han enfocado en la denuncia, de ellos podemos aprender y tomar pautas para poner nuestro grano de arena en esa lucha.

Nuestros antepasados  nos dieron el ejemplo con El Güegüense, en el siglo XVI, en una combinación de teatro, música y danza donde para expresar  el rechazo al dominio español  de una manera burlesca.
Pero no solo, como lo mencioné antes, la protesta o denuncia se puede enfocar  sobre el ámbito político.

Por eso nos gustaría, por ejemplo, que en una próxima exposición de caricaturas, se plasmara la antiestética y antiurbanística costumbre de poner mercaderías en venta sobre las aceras de la ciudad; o en un cuadro, el efecto nocivo que tiene para una ciudad el hábito de tirar la basura por doquier; o que en una canción o un poema, se nos describa los efectos de nuestras malas conductas en la personalidad de nuestros hijos y la degradación del entorno familiar.
Abundante fuente de triste inspiración nos brinda la tala irracional de nuestros bosques y sus consecuencias como la sequía y sus terribles secuelas como la extinción de nuestros ríos, flora y fauna, con los consiguientes perjuicios para la vida humana.

Se puede hacer, podemos hacerlo. Recordemos que el arte se expresa a través de símbolos que dan valor a una idea que nos relaciona con algo en particular; así, un trazo caricaturesco, una estrofa de una canción o un verso nos pueden mostrar y a la vez enseñarnos, dónde estamos fallando.

¿Cómo se va a hacer? He ahí la creatividad del artista; que con elementos sencillos, nos señale debilidades y desbalance social  y nos brinde  orientaciones para evitar esas conductas que nos pueden estigmatizar como una ciudad sucia y desordenada, o como una sociedad incapaz de vislumbrar su futuro y de adoptar  medidas para contrarrestar el avance del desorden climático que se nos ha instalado.

Arranquemos con esta idea y pongamos freno  al  avance de esta anticultura; luego no nos estemos lamentando por lo que pudimos hacer hecho, cuando algún día vayamos a gestionar un  documento y nos pongan a firmar sobre un canasto de mangos o aguacates.
  


LA ÚLTIMA VISITA DE
SOMOZA GARCÍA A SOMOTO
Escrito por Hugo Ramón García




Los días martes 14 y miércoles 15 de Junio de 1955, fue la ocasión, previa invitación de los comité pro recibimiento, para que el entonces Presidente de Nicaragua, General Anastasio Somoza García, escogió para visitar, la que sería la última vez, esta ciudad de Somoto, y aprovechar la ocasión misma para inaugurar importantes obras de progreso impulsadas y concluidas bajo su administración.




El estadista liberal vino acompañado de sus hijos Luis y Anastasio; que para diferenciarlo a este último de su padre, la gente le llamaba “Tachito”. Entre los integrantes del comité masculino figuraban don Eduardo González Alfaro, diputado suplente del profesor y viejo amigo suyo don Víctor Manuel Talavera Tercero; y José Santos García González, a quien Somoza le dispensaba  mucha confianza y estimación.




Cuando el mandatario entró a Somoto con sus mencionados hijos, visitaron la Iglesia Parroquial “Santiago Apóstol”, donde el cura párroco Efraín de Jesús Salcedo Almendárez, capellán en ese entonces de la Guardia Nacional, les ofreció un Té Deum, rito religioso que entonces se acostumbraba dedicar a los personajes de la vida pública, que de una u otra  tenían destacada referencia en el país.




Pasado el oficio religioso, los visitantes fueron objeto de un banquete oficial en la casa propiedad de don Francisco (Chico) González Alfaro. Allí hizo  uso de la palabra José Santos García, que en esa época dirigía una oficina llamada “Junta de Información y Detalle”; y el otro orador que se destacó por su discurso fue el diputado propietario ante el Congreso Nacional don Víctor Manuel Talavera T.




Como el presidente pasaría dos días en esta ciudad, inauguró la Escuela Nuclear “Salomón de la Selva”, donde el aventajado alumno el niño  Sergio Tercero Talavera,  pronunció en señal de reconocimiento unas formidables frases, pues tiempos pasados la familia Tercero Talavera se distinguió por su elegante dicción en el uso de la palabra. Después el mandatario visitante, ajustándose al programa de visita en esta región segoviana, pasó a inaugurar la que en ese tiempo se llamó “Unidad Sanitaria” y que hoy se conoce como “El Centro de Salud”; seguidamente se dirigió a inaugurar la Escuela de El Cascabel, en cuyas aulas impartía clases la agraciada señorita Ruídiga Peña Bustillo. Yo personalmente, y de manera accidental conocí al mandatario en los precisos momentos en que se encontraba agradeciendo el banquete que se le dedicó en casa de don Chico González Alfaro. Me acuerdo con exactitud, que mientras los tres Somoza se encontraban en la casa mencionada, había un enorme cordón  de guardias con sus respectivos rifles Garand, a uno y otro lado de la calle, partiendo de la esquina del comedor de doña Francisca “Panchita” González, hasta llegar a la casa de doña Merceditas Talavera de Rodríguez; y de la esquina de don Luis Espinoza, hoy Pulpería San José, hasta la centenaria esquina de la Polita Alfaro.




Me platicaba, con amenos detalles, mi pariente don Eduardo González Alfaro, que días cercanos a la visita de Somoza, una persona muy conocida entonces en la ciudad, que por respeto omito su nombre, se le atribuía el robo de un ganado; y el propietario de los semovientes, sin tener pruebas contundentes, pretendía entablarle una demanda; Tacho se enteró del asunto, porque el dueño de los animales ya se lo había comunicado en una oportunidad que tuvo para hacerlo. Resulta que don Eduardo conocía a fondo el problema, y consideraba que la imputación del delito era falsa, carente de fundamento. En la reunión que se le tributó al visitante en casa de don Chico González,  hermano de don Eduardo, éste  que estaba al lado de Somoza García  en la mesa de honor por su carácter de diputado suplente, aprovechó la oportunidad para esclarecerle lo relativo al ganado robado y las pláticas avanzaban con buen suceso.




 En la Aduana “El Espino” su administrador, el coronel Francisco Llánez, le tenía preparada otra recepción y a ella estaba formalmente invitado don Eduardo. Siendo conciso y claro ante la persona acusada del mencionado robo, advirtiéndole  que por ningún motivo fuera a presentarse a ese recepción “porque yo, le dijo don Eduardo, voy a seguir platicando con el General Somoza, para ver de qué manera se te resuelve este problema”. El acusado, en su natural preocupación por conocer prematuramente los resultados de la mencionada plática, no le hizo caso a su amigo y enrumbó para El Espino, con tan mala suerte que en cuanto nomás,  al verle Somoza, le increpó fuertemente: “ ¡¡¡teme vas de aquí, cuatrero -no te quiero ver- o te saco con la guardia!!!”. Al interpelado no le quedó más alternativa que regresarse a Somoto, y al día siguiente que visitó a don Eduardo, éste último le dijo: “te jodiste vos mismo; te advertí que no te fueras al Espino, y ya vez lo que te conseguiste”. Posteriormente el problema se aclaró a su favor, ya que la acusación era falsa.




El comité de recibimiento a Somoza, tanto masculino como femenino eran:  Presidente, diputado don Víctor Manuel Talavera T.; Vicepresidente, Capitán G.N. Gustavo Guillén; Secretarios, don Camilo López Núñez, Dr. Antonio Ramírez Berríos; Tesorero, don Ramón Fiallos Pinell; Fiscal, Alcalde Municipal don Edmundo Fiallos Pinell; Jefes de Propaganda, Clemente Tercero Ordóñez, Eduardo González, J. Salvador Vílchez y Capitán G.N. Gilberto Peralta; Vocales, Dr. Alejandro Lara M., don José María Tercero, don Aquileo García, don Basilio Guillén, don Juan de Dios Hernández, don Jesús Morales Gómez, don José Santos García González, Dr. Felipe Santiago Roque, don Alejandro Roque, Bachiller Efraím López del Valle y don Pedro Joaquín Ríos Núñez.




El Comité Femenino lo formaban: Presidenta: doña Tulita de López Núñez; Vice presidenta, doña Coco de Guillén; Secretaria, doña Gloria de Roque; Tesorera, doña Ernestina de Tercero; Vice Tesorera, doña Cruz de Lara; Vocales, Zoila de Peralta, Lidia de González, Dorita de Arauz, Conchita Ortez de Lejarza, Ruídiga Peña, Irenita de Tercero, Esperanza Tercero, Isolina Ríos Núñez; Comisión de Propaganda, María Luisa López Núñez, Vilma Llánez, Velma Lynn Mosher Fiallos y Modesta Díaz de Marín.




Años más tarde, comentando con una apreciable señora (ya fallecida) de esta ciudad, esa visita de Somoza García y el banquete que se le brindó en la casa de don Francisco (Chico) González Alfaro, le pregunté ¿cómo hubiera sido si en aquella oportunidad, Rigoberto López Pérez, cambiara los planes y en vez de matar a Somoza en la Casa del Obrero en León, lo ajusticiara en ese banquete en esta ciudad?.  A lo que ella me contestó jocosamente: “ni quiera mi Santo Padre, le echan la aviación al barrio y no estuviéramos contando el cuento”.-